¿Te sientes «forzado» a no seguir las medidas de distanciamiento?
¿Te hacen sentir que eres un cobarde por llevar mascarilla?¿Te hacen sentir incómodo por no acercarte?¿No sabes cómo defender lo que crees que debes hacer?
Has quedado con unos amigos y eres el único de la reunión que no se quita la mascarilla. Te preguntan «¿Tienes miedo?» . Tu te sientes más cómodo llevándola, porque has decidido protegerte, o proteger a tus padres, o a tus hijos, o a tus hermanos, o ser un buen ciudadano…. pero, te sientes presionado y te la quitas.
Hacía tiempo que no veías a tu amiga, a tu tía, a tu colega… cuando llegas te abre los brazos. ¿Cómo le dices que ahora no das abrazos? Te sientes obligado y, en contra de tus principios, das el abrazo.
Algunas razones por las que no deberías dejarte arrastrar por los que no respetan el distanciamiento:
- El miedo existe para protegernos. El miedo es una emoción, y como tal, es imprescindible. Está creada por la naturaleza para que sobrevivamos. Todos los animales sienten miedo, y gracias al miedo sobreviven a los peligros. En esta pandemia, el miedo es también necesario, no un miedo paralizante, ni que nos impida vivir; solo un miedo suficiente, que nos lleve a protegernos y a proteger a los demás.
- Nuestra sociedad está en peligro. Es cierto que los más vulnerables son los mayores; y los jóvenes, en su mayoría, se sienten a salvo. Pero todos los jóvenes tienen familiares mayores, y, aunque no fuera así, pertenecen a una sociedad que ahora está en peligro. Cuidar de esa sociedad es una obligación. Si no te cuidas estás siendo un egoista y un mal ciudadano. Da igual la edad que tengas.
- Es un buen momento para empezar a no preocuparte por lo que los demás piensen de ti. ¿Por qué es tan grave que piensen que tienes miedo? Tanto si lo tienes como si no, que piensen lo que quieran.
- No tienes por qué dar muchas explicaciones. Haz lo que has decidido. Basta con que digas: «estoy siguiendo las normas, o prefiero ser prudente, o ya te daré ese abrazo y mucho más fuerte cuando pase esto… «
- Querer y respetar a los demás, en estos momentos, se demuestra con distancia.
- En la vida merece la pena arriesgarse por cosas importantes: el trabajo que quieres, el amor que persigues, tus intereses, tus aventuras, tus amigos… Arriesgarte a contraer un virus no tiene nada de interesante.
- Arriesgarte a tener que estar en una UCI sin poder respirar o contagiar a tu madre y que muera, no te convierte en una valiente.
- Cuanto más tiempo dure esta pandemia más nos empobreceremos. No se trata solo de cumplir con las normas; nuestra sociedad no volverá a funcionar con normalidad hasta que todos nos sintamos seguros: contribuye a que esto ocurra pronto.