La depresión puede tener una base biológica o puede ser consecuencia de algún acontecimiento, o una combinación de ambos. En cualquier caso, aunque, en ocasiones, aconsejemos la ayuda farmacológica, es esencial sacar a la persona deprimida de la situación de inacción a la que suele llegar.
En muchos casos, la persona deprimida va dejando actividades que le resultaban placenteras y se queda solo con aquellas que hace por obligación; en los casos más graves también abandona estas últimas.
Además de devolver al paciente a su vida, la terapia cognitiva es esencial en estos casos para cambiar su forma de pensar, ya que la depresión suele ir acompañada de sentimientos de fracaso y/o una visión dramática y catastrofista de la vida.