Blog: Moralidad de cintura para arriba

Adolescentes ¿Cada vez más sexistas?

Esta semana hemos oído la noticia de que, en Sevilla, se ha detenido a una banda de adolescentes violentos, todo lo que cuentan sobre sus ritos y hábitos agresivos es espeluznante.

No me gusta la idea de criticar a los adolescentes y jóvenes actuales y mucho menos afirmar que son peores que los adolescentes que fuimos en otros tiempos. Creo que muchos de los adolescentes de hoy en día son la primera generación de españoles que habla inglés de verdad. Algunos estudian compulsivamente para sacar esas “notas de corte” imposibles para entrar en determinadas facultades. Han aprendido pronto a hacer algo en la cocina porque ya no tienen una madre permanentemente ocupada en servir a la familia. Están informados, conectados con el mundo y, muchos de ellos, hacen deporte, mucho más de lo que lo hacíamos antes; pertenecen a equipos y entrenan o van al gimnasio, o simplemente salen a correr, running se llama ahora.

Al oír la noticia de la banda de adolescentes violentos y las posibles explicaciones -nada científicas- por parte de la prensa de la influencia de los videojuegos en estas actitudes agresivas, me puse a pensar sobre los adolescentes de hoy. Echando mano de mis conocimientos teóricos y  la experiencia, mucho más valiosa, que me proporcionan algunos pacientes adolescentes, más el “master” que supone ser madre de adolescente, más lo que veo por la calle;  empecé a pensar qué defecto veía claramente en ellos.

Y di con algo que veo clarísimo: el sexismo.

En los años 70 llegó la moda unisex, era algo que permitía a las mujeres ir más cómodas, más libres, y a los hombres les permitía ampliar su vestuario, siempre tan restringido. No era solo una moda: se trataba de ser más iguales. Tod@s podían llevar zapatos planos, tod@s podían llevar los mismos pantalones o las mismas camisas.  Además, las mujeres podían llevar el pelo corto, y los hombre el pelo largo, cada cual lo que quisiera. Ya sé que esto de la vestimenta no es lo importante y, además, me parece bien que los chicos y chicas quieran aparecer atractivos, sensuales… pero hay algo de verdad en lo de “el hábito hace al monje”.
Cada vez veo más tacones y más altos entre las chicas, más largo el pelo de ellas, los vestidos más ajustados, más maquillaje, más depilación, incluso han vuelto las fajas, más incomodidad “femenina”.



Muchos de estos adolescentes han tenido padres y profesores que pretendían darles una educación no sexista, de pequeños debían jugar juntos, se han puesto en cuestión los juguetes diferenciados para niños y para niñas: las pistolas y las cocinitas.


Podría parecer que las nuevas tecnologías debían acercarlos pero… por lo que veo, no es así.

Lo cierto es que ellos juegan mayoritariamente a juegos de ordenador, play o cualquier consola y sus juegos, casi en exclusiva, son juegos de guerra, les llaman de estrategia… sí, estrategia para matar. Ellas no. Ellas juegan mucho menos con este tipo de tecnología, utilizan las redes sociales, se hacen fotos, y aprenden a maquillarse, por ejemplo.


Tampoco leen lo mismo, ni siquiera sus grupos musicales coinciden habitualmente.

Organizan “botellonas” para encontrarse unos y otras. No voy a demonizarlas, siempre se han hecho fiestas para beber y ligar. Me gustaría pensar que los adolescentes actuales saben algo más del otro sexo que sus generaciones anteriores pero me temo que no es así.

Oigo con espanto que a las niñas (antes de la adolescencia) se ha puesto de moda regalarles  por sus cumpleaños una sesión de belleza junto a sus amiguitas, ellas solas claro, sin niños; los niños, en cambio, lo celebran en la bolera, o en el “paintball”, un lugar donde juegan a luchar, con laser… los estragos de la crisis pueden hacer que las celebraciones sean más modestas pero la tendencia es esa. Parece que ya hay muchos padres que no se plantean “hacerlos más iguales”.


En el extremo más exagerado de esta generación adolescente está el duro y violento jefe de la banda que se liga a la chica más guapa, femenina y maquillada. Afortunadamente esto es una anécdota, los demás… ¿Qué roles juegan? Me temo que vuelven a diferenciarse… cada vez más, qué pena. 

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