El miedo a perder a tu pareja te debilita.
Muchos pueden creer que el miedo a perder a tu pareja hace que tu relación sea estupenda, porque pondrás de tu parte para que vaya bien. Pues no es así.
El miedo a perder a tu pareja te lleva a:
- No ser tú mismo. Por tanto, a estar incómodo.
- No ser tú mismo. Por tanto, a ser una persona menos interesante.
- Ser más débil y, como consecuencia, más susceptible.
- Ofenderte con más facilidad.
- No ser capaz de ser generoso, porque el miedo te lleva a pensar solo en ti.
- Callarte o discutir agriamente cuando ya no puedes más.
- Dejar de disfrutar del resto de la vida, o, al menos, disfrutar menos
En consulta oímos cosas como:
“Sé que si me deja no encontraré a otra persona y me quedaré solo”.
“No puedo soportar pensar que va a estar con otro”.
“Mi idea de la vida ideal es en familia, con mi marido y mis hijos. Si mi pareja se acaba ya no tendré una vida ideal”.
“No soporto pensar que vamos a fracasar después de tanto esfuerzo”.
“Todos mis amigos están en pareja. ¿Qué haría yo sola?”.
Nada de lo anterior es amor o cariño. Es miedo, miedo a la soledad, miedo a no cumplir con las expectativas; dependencia, posesividad.
Está bien cuidar la vida en pareja. Pero sin miedo. Si nos anulamos empezamos a ser malos compañeros.
Algunas ideas que nos pueden ayudar a empezar a “pensar bien” en pareja:
· La felicidad depende, fundamentalmente, de uno mismo.
· Es imprescindible aprender a estar solo, para estar bien estando acompañado.
· No necesitamos que nuestra relación de pareja sea “ideal”, basta con que sea agradable.
· Nuestra vida no debe girar, casi exclusivamente, alrededor de nuestra pareja.
· Es normal y sano hacer concesiones. Pero no por miedo sino por convencimiento, por generosidad.
· Querer a otra persona es querer que esa persona esté bien. No confundir con la posesividad.
· No hay que estar midiendo continuamente, de forma obsesiva, lo que cada uno aporta a la relación. Solo si se tiene la sensación de estar siendo injustamente tratado hay que reaccionar.
· Está bien tener confianza y decir lo que se piensa, pero con una finalidad, no continuamente y por desahogarse.
· Estamos con una persona que tiene defectos, como todos. Aceptarla y quererla como es, es la única forma inteligente de vivir en pareja.
· Hacer feliz a tu pareja debería hacerte feliz. Si no es así, tal vez no merece la pena seguir.
· Si crees que tu pareja aprovecha tu “debilidad” para imponerse siempre: trata de hacerte fuerte y arriésgate a que tu pareja se acabe.
· Si tu pareja se acaba, se abre ante ti la posibilidad de una nueva vida. Solo tienes que acercarte sin miedo. La aventura de tu vida continuará.